Entre libros, uniformes y nueva ropa de abrigo (¡porque no paran de crecer!), toca preparar sus habitaciones para las nuevas rutinas. La fusión entre diversión, zona de estudio y confort para dormir es la clave ¿Por dónde empezamos?
Preparar una mesa, ajustada a su edad y estatura, con todo lo necesario para que hagan de forma cómoda sus deberes y vayan adquiriendo este hábito es vital. Poco a poco esta tarea se volverá más dura. Cuanto antes se vayan acostumbrando a ese ratito de concentración en casa mejor ¿no?
Eso sí, la diversión no tiene que desaparecer. Seguir manteniendo un espacio para sus juguetes y libros es vital para que el niño siga sintiendo ese espacio como suyo. Con la excusa de reordenar su habitación puede ser un buen momento para donar juguetes viejos o libros que ya no son de su edad.
La cama debe seguir siendo el eje de este espacio. Ajustarla a las nuevas medidas y necesidades del niño puede ser también una de esas tareas pendientes de septiembre. No olvides adaptarte a esta nueva situación para que el peque pueda descansar a gusto y llegar a clase con las pilas súper cargadas.
¡Buena suerte en este nuevo reto mamás y papás!