Parece fácil, pero muchos hemos maltratado nuestra habitación y la hemos convertido en una mezcla de caos y pesadillas que nos impide recargar baterías todo lo que necesitamos.
Te contamos a continuación los 4 factores que debes tener en cuenta para convertir tu habitación en el templo del sueño que te mereces.
Temperatura.
Cuando entramos en fase REM nuestro cuerpo se vuelve más sensible. Por ello los extremos de frío o calor hace que no podamos conciliar bien el sueño o que este no sea del todo reconfortante.
Los expertos aseguran que la temperatura ideal varía entre los 18 y los 21ºC. Para conseguirla a veces es imprescindible recurrir a factores externos como un aire acondicionado o calefacción pero recuerda que también es súper importante invertir en tejidos de calidad que favorezcan la sensación térmica adecuada.
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Luz.
Cualquier minúsculo rayo de luz que penetre en nuestra habitación en las horas de sueño afectará de forma perjudicial a nuestro descanso. Ahora que vivimos rodeados de pantallas es importante controlar que estas no aparezca a medianoche y nos perturben.
Además, con la vida moderna también ha desaparecido eso de levantarse y acostarse con el sol. Con ayuda de la luces eléctricas engañamos a nuestro cuerpo y parece que a media noche brilla más el sol que en todo el día. Controlar la intensidad de nuestra iluminación e ir regulándola al ritmo natural del cuerpo favorece el descanso.
En las últimas horas del días las luces tenues serán nuestro mayor aliado. Olvídate de tener todos los focos encendido. Unas velas y luz regulable serán tu máximos aliados en el dormitorio.
Ruido.
Quien pudiera controlar esto ¿verdad? Y es que hay ruidos que son inevitables. Como los de un bebe a media noche, esos vecinos pelmas, o el coche que pasa a toda pastilla despertando a medio vecindario.
Lo sabemos, por eso no vamos a hacer como la OMS que recomienda no superar los 30 decibelios por la noche (tomamos nota, pero poco podemos hacer). Nosotros te vamos a recomendar que en tu habitación intentes meter solo sonidos agradables.
Saca del cuarto esos programas donde el tertuliano chilla más de lo necesario o la música que utilizas para moverte durante el día. Introduce música relajante, alguna lista de spotify o un podcast con una voz agradable ayudará a tu habitación a mantener unas good vibes mucho más compatibles con el descanso.
Decoración.
¿Cómo de obvio es que tener una habitación bonita nos ayuda a descansar mejor? Muchas veces nos empeñamos en dejarla ideal pero luego, con el ajetreo del día a día, el desorden empaña todo lo bonito y no nos deja descansar.
Encuentra un lugar para cada cosa. Pon tus muebles bonitos y utiliza esos colores que te ayuden a sentir mejor. Mantener tu cuarto impoluto ayudará a que tu cerebro desconecte de todas esa lista de cosas por hacer que nunca acaba.
