Entre las setas están los duendes, los trasgus, las xanas, entre los árboles, las risas de los niños jugando al escondite, los pájaros cantando, el aire que mece sus hojas y tira al suelo las ultimas que recuerdan que el invierno está a la vuelta de la esquina.
Desde pequeña he caminado por los acantilados de mi pueblo, parando a cada rato para recoger manzanilla de los muros medio derruidos, de entre la pizarra de las propias rocas, el olor es espectacular y el contraste con el mar agreste, no te deja indiferente.
A vueltas con un papel vintage, romántico pero sutil para una cocina, íbamos a empapelar toda la pared y también una zona de baldas, pero a él no le gustaban mucho las flores, no quería cansarse del color, así que rebajamos, y después volvimos a rebajar y al final salió. Justo lo que Sara y Sergio querían, nuestro primer papel de la colección, Monzon, por Monzoncillo, el apellido de mi clienta.
Llegamos, se bajan a abrir el portón, el coche empieza a enfilar y a su izquierda se ven los grandes grupos de hortensias, azules y rosas, siempre mezclando ambos colores siempre enormes y hermosas, menos en invierno, cuando están en sus esplendor sabes que ha llegado el verano, huele a mar, a crema para el sol, a vacaciones y la casa de la abuela se abre ante mi con sus hortensias de 2 metros para darle la bienvenida a las fiestas.
¿Qué hay más bonito que un pájaro y una flor? Únelos ambos y dale la imaginación de un niño para volar, y ahí es donde tenemos esta colección, para que la paredes de los más pequeños luzcan sueños, sin tener que ir lejos a buscarlos.