La vida en el Llagar es dura, se maya en otoño, pero no sirve cualquier día, tiene que ser menguante, porque es más propicio. Los agricultores van con sus sacos llenos de manzanas y ahí empieza la fiesta, esa que nos indica que el invierno anda rondando, que nos anuncia que el amagüestu está cerca.
En casa de mi abuela había una habitación empapelada. En ella, el papel era amarillento, con flores, imagino que los años lo hicieron así, al mirar por la ventana veías las grandes hortensias que recubrían los muros del fondo de la finca. Esas dos imágenes son las que ahora veis convertidas en papel, la naturaleza y la nostalgia, juntas.
Dicen que si no tienes hortensias en casa no tienes casa asturiana, aunque también dicen que una casa con hortensias no quiere casar, es decir, que si hay hortensias no hay boda. Yo prefiero quedarme con el primer dicho porque no conozco nada tan bonito como las bolas de hortensias a la puerta de una casa.
Desde pequeña recuerdo una película, se llamaba Ferngully y me dejó marcada para siempre. Era una peli de dibujos del año 92 que narra las aventuras con un claro sesgo ecologista de un humano y un hada que convierte en pequeño al humano y le enseña su mundo bajo los árboles de una selva tropical en Australia. Se trata de una película que narra como las maquinas quieren destrozar el monte para construir, y como ellos pelean porque no suceda, juntos. Me encantaban sus escenas, entre arboles, con un tipo de imágenes pelín oscuras, saltando sobre setas gigantes, encendiendo las que salen en los árboles al bajar de unas a otras, navegando en una hoja por un pequeño lago… Este mural es parte de mi infancia, de mis recuerdos y de mi imaginación.
Entre las setas están los duendes, los trasgus, las xanas, entre los árboles, las risas de los niños jugando al escondite, los pájaros cantando, el aire que mece sus hojas y tira al suelo las ultimas que recuerdan que el invierno está a la vuelta de la esquina.
La madera nunca pasa de moda, ya sea en su tono más duro y natural o en tonos suaves y luminosos. Nuestro mural Blat, con sus 2 tonalidades, se creó para aportar un toque natural a tu hogar sin obras, es ideal para convertir esa habitación aburrida en una cabaña acogedora que te hará sentir en mitad del bosque.
Darle un toque romántico a un dormitorio adulto o a una habitación infantil, nuestro mural Primavera queda bien en cualquier estancia. Su mezcla de colores es ideal y la textura acuarelada crea un ambiente romántico y dulce.
Un toque vintage y rústico, que nos transporta a una antigua imprenta para tus paredes. De colores neutros y textura envejecida, es ideal para crear un rincón hogareño.
¿Una pared entera decorada con un mármol gigante con un fondo geométrico? Con Motif es posible. Gracias a nuestro mural Himarb conseguirás este acabado tan elegante de la forma más fácil posible.
*El mural presenta un sutil entramado geométrico ubicado en la parte veteada del diseño.
Nuestro mural autoadhesivo Architectural Wave es sencillo y elegante, combina perfecto con cualquier estilo y en especial con colores neutros. Sobre una base de papel podrás descubrir suaves ondas acuareladas que se entremezclan y casi te dejan escuchar el suave murmullo de las olas en una noche tranquila.
Los cementados, aunque empezaron a utilizarse en espacios de mucho uso y tránsito por su gran resistencia, han terminado conquistando nuestras estancias por su estética, textura, su mezcla de tonalidades y volúmenes. Lejos de parecer un material frío, si lo combinas con materiales naturales, fibras o tonos cálidos, conseguirás una estancia acogedora y atemporal.
Con el mural autoadhesivo Selva Tropical conseguirás en tus paredes crear la tendencia jungalow. Con un mix de hojas tropicales en tonos verdes y marrones.
Marca: Motif
Todos los productos
En esta categoría podrás encontrar todos nuestros productos, usa los filtros para localizar tus combinaciones favoritas