Muy sencillo: con un cúter o tijeras.
Son recortables, para que puedas ajustarla a cualquier rincón. Además, nuestras alfombras vinílicas están preparadas para que se puedan fregar (¡incluso con lejía), amortiguan el ruido, son súper resistentes, tienen un acabado antideslizante… ¡un sinfín de beneficios!