Porque son completamente impermeables y además llevan una capa extra para proteger su dibujo, que repelerá cualquier tipo de macha.
Ninguna mancha penetrarán en ellas: aceite, grasa, rotuladores, tomate frito, ni siquiera el vino tinto dejará huella.
Con tan solo pasarle una bayeta o fregona, y con tus productos habituales de limpieza para el suelo, se quedará como nuevas. Incluso lejía.